Antes que yo llegara a esta oficina, mucho antes que yo que soy "la chica nueva", habìa otra, que habrà sido la nueva en algùn momento pero que ahora se jubilò, con treinta y cinco años de aportes y un desempeño intachable.
Desde que ella, Susana, dejò la oficina hasta que tomè yo ese espacio (me cuesta decir "su lugar", me sale "su hogar") pasaron alrededor de tres meses, asì que se ocupò de los quehaceres de la secretaria el "asistente" de una oficina aledaña. Èl, se llama Miguel.
Ya estoy sentada en el escritorio. Es mi dècimoquinto dìa hábil en la oficina. A las nueve y cuarenta de la mañana comienza a sonar el telèfono; nunca antes (aunque la atenciòn al pùblico comienza a las nueve, puntual), pareciera que la gente, los clientes, te dan ese ratito.
Pensaràn: " Pobre mujer, recièn abre, dejèmosla acomodarse un poco, servirse el cafè"
En realidad lo que deben pensar es: "Pobre Susana" o ""Pobre Miguel" porque a mì me ignoran completamente.
-P.T.U.N. Buenos dìas. -Digo radiante de emociòn.
-Hola, Susana...
-Hola, mi nombre es Olivia...
-Ah... ¿hay alguien ahí?
- Sì, estoy yo. Soy la nueva secretaria.
-¡¿Què le pasò a Susasna?!
-Se jubilò.
- Ah... Bueno, ¿y hay alguien ahí?
-Sì, dìgame...
-¿No està Miguel?
-Sì, ya te paso.
-Gracias, Susana.
- De nada. Me llamo Olivia.
Sì, como la de Popeye, me voy a acordar, te lo prometo...
Nueve cuarente y ocho. Suena el telèfono:
-P.T.U.N, buenos dìas...- Vuelvo a decir.
-¿Miguel?
-No, soy Olivia.
-Ah, ¿no està Miguel?
-Sì, ya le paso, ¿por què asunto es?
-Un reintegro.
-Bàrbaro, yo soy la nueva secretaria, de esos asuntos a partir de ahora me ocupo yo.
-Ah.... pero yo ya hablé con Miguel... ¿Susana no està?
-No, se jubilò.
- Bueno. Dale, atendeme vos. ¿Còmo dijiste que te llamabas?
-Olivia.
-¡Olivia Newton Jhon! de ese nombre no me olvido màs.
-Bien, ¿podrìa darme su numbre y su nùmero de afiliado asì le inicio el tràmite?
-Carlos Dàvila, nùmero de afiliado 124756...
Diez de la mañana. Suena el telèfono.
- P.T.U.N Buenos...
- Hola, soy Carlos Dàvila, ¿còmo era que te llamabas?
-Buenos dìas. Olivia.
-Cierto, la novia de Travolta. Bueno... querià avisarte que....
Cuando los afiliados se acercan hasta la oficina la cosa es diferente.
-Buenas tardes...¿¡¡¡Y la otra chica????- es lo primero que dicen con una cara de sorpresa extrema.
A mi me da ganas de contestarles que "La otra chica" tenìa sesenta y cinco años y se jubilò. Yo tengo muuuuchos menos y aùn asì no soy ninguna chica, mi nombre es Olivia y, lamento decirlo, ya soy una señora, un poco màs juven o menos vieja que ¨la otra chica¨ pero señoras al fin las dos.
Pero sòlo contesto, con una sonrisa radiante: " Buenos dìas. Susana se jubilò. A partir de ahora yo me ocupo de los asuntos de esta oficina. ¿En què puedo ayudarle?
-¿Miguel no està tampoco? ¿No hay nadie?
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