Si hay algo que me dejan
los afectos que dejan de serlo
es un montón de material para escribir.
Digo "afectos que dejan de serlo"
pero en el decir popular
se los llama "ex"
y a este prefijo inacabado
y abandonado por el fijo,
generalmente lo acompañan
-por negación, ya entenderan-
con un posesivo.
"Mi ex".
Nadie "es de" alguien.
Ni siquiera cuando se tienen.
Mucho menos
cuando ya no.
Eso es un tardío cultural.
Un baldío estructural
y personal.
"Mi ex"
Notarán ustedes que
semejante construcción unimembre
termina siendo un oximorón.
Aunque decir "construcción unimembre"
también es erróneo,
ya que esto indefectiblemente
termina siendo siempre
el resultado de una construcción de dos,
una construcción bimembre.
Otra construcción oximorosa.
Oxidada y morosa;
siempre deja deudas
(Y deudos)
También amorosa;
ex amorosa.
"Examorosa"
(Podría establecer seis etapas del "examor".
Lo dejo para otro post)
Aprendí la palabra "Ghosting" hace unos días,
no porque no la conociera
sino porque la padecí.
"Fantasmear" es cortar un vínculo
sin mediar palabra.
Deja, sobre el abandonado,
un montón de dudas.
Digo "Un monton de dudas"
en el mejor de los casos
porque lo que te cae encima
como un piano desde un quinto piso,
es una angustia bárbara.
Hoy me río,
es la palabra
mi aliada incondicional.
La palabra.
Entonces
"afectos que ya no lo son"
sépanse dadores de poesía.
Antes y durante.
Luego no.
Las cosas se terminan cuando se terminan
y si no se terminan
siguen siendo.
Todo lo demás es puro tango.
No hay comentarios:
Publicar un comentario