jueves, 13 de marzo de 2014

Partidas (para leer después de Inimaginable)

            La relación entre ellos se transformó en un juego, donde cada día, uno de los dos ganaba o perdía una partida. Era una relación bastante perversa, por cierto, y muy desproporcionada ya que Sara, llevaba perdiendo seis de cada ocho manos.

            Después del malentendido del jugo, ella se dio cuenta que la única forma de ganar era dejando de jugar. Y aún así, seguiría siendo la derrotada. 

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