"Pasó de perfil bajo a mosquita muerta." Max escribe en su cuadernito, el que tiene sólo para ella, y hoy ya no la escucha. Casi sin percatarse prende un cigarrillo. Intuye que Laura lo está regañando pero continúa sus bocanadas acompasadas y profundas, unas tras otras -si dejara de aspirar todo ese tóxico, su pensamiento abandonaría definitivamente la sala. Continúa aspirando, lento, rítmico, y largando el humo por la nariz como si de ese fuelle dependiera poder seguir en la realidad ya no de su consultorio, sino en la realidad.
"No es que no me quiera, no sabe cómo quererme..."
Laura vuelve a sorprenderlo pero ahora de una forma que lo irrita. Prefería no escucharla: esa persona que tenía delante hablaba segura y se sentía fuerte gracias a él, le contaba cosas que no quería saber.
Él sólo quería verla bien y que ella le agradeciera su bienestar.
-¿No decís nada hoy?
-Te estoy escuchando.
-Tiré la ropa a la basura. La tenía guardada. Desde aquel día nunca más me la volví a poner. No sé, aunque la lavé varias veces, con suavizante y todo, la sentía con resaca. Ja, ja! Ropa con resaca.
Ella se ríe, no entiende. La resaca la tiene en el alma.
-¿Cómo era la ropa?- Max ahora escucha y se la imagina; la ve con su falda de jean, su camisola negra de bambula empapada de vino tinto Rincón Famoso, sin corpiño, ni ropa interior, teniendo sexo con un desconocido en un baño húmedo y oscuro ¿Por qué ella recordaría el nombre de ese vino barato?
Laura cuenta entusiasmada -contándolo todo en sus detalles mínimos recupera la alegría del momento.
-Se llama Acting.
-¿Qué cosa?
-Lo que te pasó... Lo que hiciste. -Max se corrige
Él quisiera gritarle: "No es importante, no te liberaste de nada y él no te quiere ¿Cómo podría quererte un desconocido que te manosea en un baño? No sabe quién sos, no te conoce como yo ¡¡Mosquita muerta! Te enamoraste de NADIE!!
-¿Estoy loca?
-No. Estas mejor.
-Me parecía. - Ella contesta satisfecha.
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