domingo, 4 de octubre de 2020

EPÍSTOLA PARTICULAR (6)

Estimado escritor:

Le agradezco su contestación rápida y concisa. 

Usted me  habla como si hubiera terminado de leer el primer poema de  su hija de 10 años. 

Me dice: "Sigue asì",  como podrìa escribir un  maestro de primaria, en el rectángulito diminuto de Observaciones del boletín de calificaciones, a su alumna preferida.

Me escribe con la pluma del  profesor del secundario que de vuelta de todo, cansado de luchar contra el sistema y harto de corregir a sus mediocres concursantes, se toma el tiempo para estimular a esa alumna que cree tiene cierto potencial. 

Lanza remanidas palabras, consabidas frases,  a esta  persona que soy.  

Cual si yo fuera un automóvil, me ordena: "Adelante, no se detenga nunca."

Trata de estimularme desde esa postura de couch entusiasta, de coordinador comprometido, de buen padre. 

Gambetea a la perfección mis solicitudes de amor puerco.

Yo lo leo y lo odio. 

Saludo a Ud., atentamente.


                          Yo.







No hay comentarios:

Publicar un comentario