A los ojos. Nos miramos así.
(el cubrebocas nos obligó a eso)
Nos reconocimos de inmediato.
(recuerdo bien)
Los pensamientos salieron por nuestras pupilas o por nuestras orejas o por cada uno de los poros de nuestras manos sin alcohol, como trapitos al sol.
(lo demás cubierto)
Escuchamos al loco que auguraba tu candidatura de amor.
(es cierto que los desquiciados son perceptivos)
Me imagino, dijiste.
(O fue una voz en off de mi pura creación, no te vi mover la boca)
Te sonreì.
(aunque no pudiste verla, a la sonrisa ni tampoco mi rubor ascendente)
Estaba nerviosa, hablaste?
(la respiración se hace difícil detrás de la tela y me obstruye la audición)
La rueda de mi bicicleta tocó la rueda de tu bicicleta y pensé en un contagio/contacto.
(miré el suelo, el corazón me dió un salto, seguimos siendo igual de pobres)
Creì en ese dìa
(somos millonarios)
y yo seguì ahí parada, mirándote a los ojos, y ya empecé a andar y a reírme como loca.
Siempre quise creer.
Ayer nos cruzamos.
Pasé toda la noche pensando en el cuadro de Gustav Klimt. (aunque el cuadro de Magritte refleja más real en estos tiempos de virtualidad)
y tuve que sacar del ropero más frazadas.
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