Sabés lo que quiero.
Que me des besos justo acá, en el lateral derecho de mi cuello, un poco hacia atrás, ahí donde tengo un pequeño lunar y miles de pecas -mi planetario.
Quiero que navegues en ese espacio reducido y te pierdas en mi omóplato saboreando con tus labios esas pequeñas estrellas y que te detengas un instante en ese diminuto satélite morado.
Que avances por mi cintura galáctica con ciegas intenciones esparciendo tu aliento en forma elíptica, en espiral.
Quiero que tu lengua roce esos cúmulos, que retroceda y que se aventure hasta los piegues de mi otra escápula, llena de cometas.
Quiero que desplaces todo tu semblante con denueda exhalanción por mis discos vertebrales y que hundas tu nariz en mis costillas relegando tu deseo de llegar a mis cuásares.
Quiero que derrames tu antimateria, tu energía planetaria, toda, sobre mi espalda.
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