Canas.
Me miré al espejo.
Un mechón blanco en la cabeza.
Un disgusto
-hubiera dicho mi mamá-
un disgusto.
Funcionamos así,
con el corazón...
Él mata células
que ya estaban muertas,
para no matarnos a nosotros.
Hay que resistir.
Resisto.
Quiero vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario