Allá arriba está el cielo, inmenso
y lo más esperanzador que vez adelante
es la muerte.
Y te preguntás para qué
todo ese estudio
todos tus esfuerzos
todo tu amor
toda esa pasión
toda esa angustia
y esa creación.
Te preguntás
¿para qué?
y te falta el
para qué.
Y te encontrás limpiándole
el culo a una vieja
que en el futuro serás
vos y tu culo
y decís:
¿para ésto?
Y escuchás a alguien
que la vivió más que vos,
"Es tarea" -te dice.
¿Es tarea?
- te re preguntás incrédula.
Y el cielo inmenso sigue allá arriba
como llamándote
y pensás:
Ni muerta llego ahí.
A lo mejor la muerte es esta
agonía eterna misma
que estoy preguntándote.
A lo mejor la muerte es
el vacío, tu lejanía,
tu aprecio menor
o tu deprecio.
Y la vieja te agradece
que le hayas aliviado
su picazón y se siente horrible
por ser tratada como un bebé
pero pútrido y mal oliente
cacho de carne que
no tiene ni la gracia del bebé
pero caga mucho más y mejor.
Y el cielo sigue alli.
Gracias a Dios.
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