Vio a los cien pájaros volando y se alegró de haber abierto su jaula. Se cortó el cabello, caminó otras veredas, se sentó en rincones, hizo silencio, escuchó la música, prestó recuerdo a sus padres, descuidó sus rencores, suspiró los perfumes, sentenció a sus dolores. Ya era hora de empezar a practicar la realidad de otra manera.
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