miércoles, 28 de marzo de 2012

Laura reflexiona infinito

             Hoy Laura llora. Laura esta vacía. Fumó todos los cigarrillos que le quedaban y sintió que eso era todo lo que tenía.   Laura hoy no tiene cuerpo, solo piel.   Fuma esperando llenarse de humo y explotar  pero ni siquiera le pasa lo de costumbre: hoy no le baja la presión. Anoche soñó que un arma mataba a una niña y no sintió nada. Ahora comprende que era ella misma la muerta. Laura, esta tarde llenó de aire las ruedas de su bicicleta hasta que una reventó. Laura no revienta, aguanta. Hoy descubrió que todo es porque ella  quiere. Laura quiere que los demás quieran, e insiste, y los demás hacen porque ella presiona y presiona.   Las personas precipitan los sucesos sólo para que Laura deje de hinchar las pelotas. 
          Laura quiere ser como Vicente Holgado, tomar pastillas, tener fobias, escribir esa novela que Vicente Holgado leerá si se digna escribirla.  Hoy los dedos de Laura están amarillos de nicotina y los surcos de las mejillas secos. Laura piensa que es gracioso que la piel de su cara se seque justamente por estar tan húmedas de ese líquido detestable al que llaman lágrimas. Recuerda cuando pintó su cuarto y el látex no cubría las paredes pero manchaba absolutamente todo los que estaba cerca:     su ropa nueva (Laura tiene esa manía de creerse prolija, por lo tanto no cree  necesitar ropa vieja para pintar, ya que ella no se manchará),  las cortinas que no quitó, el gato, el piso de toda la casa.  Laura cree que la pintura látex es como ella: No sirve para lo que debe y malgasta su deber en lo que no debe. Mancha. Laura mancha.
            Hoy Laura construyó un cajoncito de madera. Le quedó horrendo, deforme, pero encaja justo en el lugar que debe. Los bordes del cajón penetran ajustados en las paredes del escritorio, tal cual indicaba el folleto en chino que venía en la bolsa. Laura piensa que las cosas son como deben ser y les pasa los que les debe pasar: Un cajón de escritorio debe entrar en  el espacio indicado para ello y entra. Listo.    Las personas no. Laura no.
           Laura no encaja. Laura piensa en todas las cosas que perdió. Ahora mismo perdió todo lo que había dentro de su cuerpo y es sólo piel. Ahora mismo fumó todos los cigarrillos que eran lo único que tenía. La culpa es de ella. Laura entró como el cajoncito, apretada, a las vidas de las gentes.  Pero las personas no son como las cosas, no hacen lo que deben.
         Laura ensaya muertes. Laura crea plañideras y ex amigas lloronas que escupen el pozo: "Hubieras pensado en tus hijos!" Laura recuerda que no tiene hijos. Laura no existe.

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