lunes, 26 de marzo de 2012

Dos

              Es mentira que las paralelas no se tocan. No digo que se crucen o que se  junten en un extremo u otro. Pero se tocan: a todo lo largo de su recorrido. Su recorrido infinito. Mi psicologa me dijo "Estás evadiendo la realidad."  Yo creo, más bien, que estoy viviendo una realidad paralela, aledaña, cercana, casi limítrofe, pero otra realidad que se toca todo el tiempo con la primera.  En esta soy un poco más feliz , o un poco menos infeliz, no sabría  precisarlo. Aqui escribo mucho, y los que me leen gustan de ello. Acá soy actriz y dirijo grandes actores, y también grandes actores me convocan -cómo les gusta usar esa palabra a los grandes actores y a los no tanto!- para que los dirija porque admiran mi trabajo. Aquí a veces me cruzo con desconocidos que me miran fascinados y me regalan un "Gracias por tanto"y yo siento que he dejado algo, que he trascendido. En esta parte tengo un amor incontenible por un muchacho que me llama a las dos de la mañana para decirme "Te quiero ver, tomamos una cerveza?" o me manda mensajes al celular - besos nunca-  a las cero cuarenta y cinco, que dicen: "Te paso a buscar en la moto".  
       
          En esta parte, puedo tomar muchas cervezas de las negras esas que nunca recuerdo el nombre y puedo seguir tomando luego de las rubias que no tienen ningún nombre en especial, sin emborracharme. Y si me caigo, me levanto y me levanto porque mi amorcito me dice Se me cae la Oli, y a mi me hace reír y entonces  me da ganas de seguir tomando. Por aquí, tarde o temprano siempre se me da lo que quiero, hasta en las pequeñas cosas: un cafecito calentito con dos medias lunas dulces, dos kilos menos, frescura sin maquillaje... De este lado las cosas viajan, y yo no encuentro en el lava-ropas la media que le falta al par que lavé ayer y sé que andará en el lava-ropas de otra persona, porque aqui, Juan Jose Millás no es escritor sino filósofo y descubrió que las cosas viajan como las ideas y es por eso que cuando uno dice "se me fue la idea" en realidad es porque las ideas no son de nadie, vienen y van de cabeza en cabeza, como las medias que viajan de lavadora en lavadora.

      En esta parte tengo una madre o no la tengo pero eso no me preocupa.  También tengo una hermana que me atiende, me cocina unas comiditas ricas y me dice muchas verdades, de esas que a lo mejor en el otro lado me harían llorar un  poquito pero acá las entiendo y las dejo que sean como quieran. Las realidades son como las ideas, son como  ellas quieren: También viajan.

       Hace poco escribí un cuento sobre un gitano que también era judío, y el gitano se apareció en mi casa y me habló mucho, mucho porque quería que yo entendiera todo. Me dijo:  "además soy judío" . Primero pensé que habría leído mi cuento y después comprendí que no, que el gitano era el cuento mismo, que había viajado hasta ese fatal momento para hacerme entender que era sólo un cuento. Y aquí es cuando empiezo a dudar en cuál de las realidades estoy, y me confundo y meto la pata. Pero no importa porque la pata al final de cuentas es mía. El gitano se despidió cantándome un tema de Charly  que yo no conozco (La rehén o la novia) y ahí comprendí lo que me quiso explicar durante todas esas horas de charla: King Kong estuvo aquí.  Un gorila no puede enamorarse de una mujer y mucho menos una mujer de un gorila.  El gitano cree que Charly es el mejor del mundo. Yo creo que el mejor es Spinetta. Spinetta dijo "hoy recibo a mi padre por primera vez, doy a luz a mi madre por primera vez" El flaco la vio del otro lado,  en otra de sus realidades. El problema con el gitano es generacional: él nació en los ochenta y yo sólo soy ochentosa. "Aunque no te conteste nunca, quiero que sepas que me llega lo que escribís y me modifica."  
      Ah, gitanito judío!!  Ah, amorcito!  Claro que te modifica lo que escribo!

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