jueves, 21 de julio de 2011

Una trinidad argentina muy digna (fragmento) de Carlos Rojas*

Entre los tres extremos arriba comentados, aparece una terna de títulos que, a nuestro entender, constituyen el cuerpo central de la muestra del Festival de Otoño Azul 2011. Se trata de tres obras dignas, sin más, que por uno u otro motivo, merecen respecto y en ocasiones, el aplauso. En su conjunto, además, son como diversas ópticas desde las que analizar nuestra sociedad actual, en sus más contrapuestas realidades: Una muñeca veneciana basada en el cuento “Estampa Antigua” de Syria Poletti adaptada magistralmente por Olivia Diab, bajo la dirección de Claudia Mosso para la Butifarra Teatro de Mar de Plata (Argentina); Querida Mamá o guiando la hiedra sobre los cuentos de Hebe Uhart bajo la dramaturgia y dirección de Laura Yusem de Buenos Aires (Argentina) y La Quema, todo candor trae sangre según la dramaturgia y dirección de Gustavo Guirado para el Grupo La Quema de Rosario (Argentina), protagonizada por dos sublimes actrices Claudia Schujman y Paula Fernández.

En estas tres atractivas puestas, de una dignidad apreciable, que se agradecen, el teatro argentino se acerca algo más que a la realidad cotidiana en sus facetas más diferentes, permitiéndonos albergar una tímida esperanza de que, en el futuro, el acercamiento será más profundo y devastador. A tomar nota, también, de cierta inútil complicación narrativa que amenaza a la directora Mosso, y del feliz retorno de Yusem, quien para seducir complicadamente al público, ha puesto en tabla un drama en primera instancia con una dirección de relojería, compresible y satisfactoria a la vez que corrosivamente crítico.


* Fragmento de "Punto de vista" Carlos Rojas (Venezuela, 08/2011) jurado Festival Otoño Azul.

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