Laura toma el celular y contesta "Estoy confundida" , como para no cortarlo de cuajo, dejando abierta la posibilidad de volver a verlo -tal vez con los oídos sordos y haciendo de tripas corazón. Se imagina al señor de las manos grandes entre las sábanas y tratando de tocarla y suspira un "no te me acerques" Y lo repite en voz bien alta al releer su propio mensaje, para asegurarse de hacerse caso:
"¡No te me acerques!"

El señor del pantalón- cremallera extra large- le responde: “Te extraño desde antes de conocerte"
Ah... si las citas a ciegas resultaran como en las películas... todo se hubiera resuelto con facilidad:
¿Cenamos esta noche?- diría el muchacho musculoso.
¿Es una cita? - preguntaría sin ingenuidad la rubia americana.
Sí, paso por ti a las ocho- concluiría él.
Ella cerraría la puerta sabiendo que la noche soñada ya era un hecho. ...

¿Cómo terminaría la misma película si fuera Española? A Laura se le escapa una carcajada imaginándose personaje de la misma y donde , por todo cortejo, se escucharía un:
Quítate esas pantaletas.

No, eso no era lo que ella pretendía. Pero tampoco quería ser parte de una película con escenas “a la Argentina” donde para llegar a la noche anhelada habría que ir dieciocho veces a cenar con un grupo de amigos para lograr, en la última de ellas, sentarse cerca de él. Ese día la gente se retiraría de a poco y ella se quedaría esperando la invitación. Pero tardaría otras tres cenas más y, recién en la última de ellas, harta de esperar, se le acercaría a decir cualquier cosa que la delatara. Si, por alguna imperfección en la teoría de Arquímedes, él aceptara semejante arrebato, ella recordaría con pesar que estaba en “sus días femeninos.”

De sólo imaginarlo, Laura se da cuenta que efectivamente ella perderá tiempo y dinero en cenas que sólo le dejarán pesar y humedad. El celular se encuentra repentinamente deshecho contra pared. Laura toma un papel y escribe con un placer orgásmico “No debo perder el tiempo pensando boludeces, y sobre todo, no debo pensar en BOLUDOS”

Toma un imán y adhiere el pequeño manuscrito en la puerta del freezer.