martes, 20 de abril de 2010

Vuelo Nocturno (Adaptación del cap X)*

Una habitación amplia. Una cama matrimonial, un escritorio repleto de libros. Una mesa de luz, sobre la cual descansa un florero y un teléfono. El piloto y su mujer, reposan en la cama casi desnudos. Él lleva puesto un reloj pulsera. Mira la hora.

LA MUJER: (sacándole el reloj de su muñeca) Ya estás en viaje (se levanta, abre la ventana. Entra música de una casa vecina. Ella le baila)

EL PILOTO: (se acerca “volando”. La abraza, bailan. Aterrizan en la cama nuevamente. Caricias. Con una mano sobrevuela la espalda de su esposa) Desde aquí arriba, puedo ver los pueblos, los villorios. Todas esas diminutas casitas… (le va tocando cada lunar) Un pastor y su rebaño… Las estrellas y los hogares… Soy su pastor, el pastor de las estrellas…

LA MUJER: (girando el cuerpo, lo besa) Capitán, la noche se acerca, debo reparar este navío… (recorriendo el cuerpo de su esposo) Los cuadrantes están firmes, mi capitán. El cuadro de distribución eléctrica… conectado!

EL PILOTO: (girando sobre ella) El giróscopo indica turbulencias! Tómense fuerte, el altímetro tiene estertores! ¿Luces de posición?

LA MUJER: Listas para la escala… (se besan, se aman. Pausa)

EL PILOTO: Celaje apacible… ya podemos descansar, acomode la carlinga, copiloto.

LA MUJER: (acariciándolo repetidamente, como a un niño) Celaje ¿A qué era que llamabas “celaje”? (Él ya se durmió. Ella se levanta tranquila. Busca un diccionario en su escritorio) “Celaje”: 1/ Aspecto que presenta el cielo cuando hay nubes tenues y de varios matices. 2/ Claraboya o ventana (se acerca a la ventana, la cierra). 3/. Presagio, anuncio o principio de lo que se espera o desea. (Arranca la hoja, arma un avioncito y lo hace volar.) Lo que se espera o desea… (toma violentamente el libro estampándolo contra la pared)

EL PILOTO: (entre sueños) ¿Qué hora es?

LA MUJER: (rápidamente levanta el libro. Se sobresalta por el timbre del teléfono, se apura a cortarlo. Cubre a su marido con una manta liviana. Con cautela y gran silencio saca prendas del armario. Acomoda otras en un bolso. Vuelve a sonar el teléfono. Levanta el tubo y corta) ¡A las armas!

EL PILOTO: (despertándose) ¿Qué hora es?
LA MUJER: Medianoche.
EL PILOTO: ¿Qué tiempo hace?
LA MUJER: No sé...
EL PILOTO: (se dirige a la ventana, la abre) No voy a tener frío. ¿Cuál es la dirección del viento?
LA MUJER: ¿Cómo querés que lo sepa...?
EL PILOTO: Así…¿te acordás? Sur. Muy bien. (vuelve a asomarse a la ventana)

LA MUJER: (Abrazándolo) ¿En qué pensás?

EL PILOTO: Esto dura, por lo menos hasta el Brasil. En Porto Alegre me espera la bruma.

LA MUJER: Vestite…

EL PILOTO: Tengo mi estrategia. Sé por dónde hay que dar la vuelta.

LA MUJER: ¿Cuántos días vas a estar afuera?

EL PILOTO: Ocho, diez días. No sé.

LA MUJER: Ni siquiera estás triste...

EL PILOTO: Triste, no; ¿por qué? El cielo me llama, es hermoso. (deshaciéndose de su abrazo) Sí “¡A las armas!”

LA MUJER: Vestite, no tomes frío (alcanzándole las prendas que preparó mientras dormía).

EL PILOTO: (dejando sobre la cama las prendas que le alcanza y buscando otras en el armario) Esta ciudad... muy pronto voy a estar lejos. Es hermoso marcharse de noche. Se tira de la manecilla de los gases, cara al Sur y, diez segundos más tarde, se invierte el paisaje, cara al Norte. La ciudad no es ya más que un fondo de mar.

LA MUJER: No amás tu lugar.

EL PILOTO: Sí que lo amo, por eso vuelvo.

LA MUJER: ¿Me vas a extrañar?

EL PILOTO: Siempre.

LA MUJER: Vas a tener buen tiempo, tu ruta está tapizada de estrellas.

EL PILOTO: (divertido) Sí.

LA MUJER: ¿Sabías que “Celaje” tiene varios significados?

EL PILOTO: No, ¿cuáles?

LA MUJER: (Entregándole el diccionario) Leé.

EL PILOTO: (Buscando la palabra, lee) “Celada…no, celar, celeste, celíaco, celos…” No está.

LA MUJER:(recogiendo el avioncito del suelo, lo abre, se lo muestra, se acerca, se lo ofrece. Cuando él lo va a tomar, ella se lo aleja. Repiten esta acción, divertidos varias veces. La corre, alcanza el papel, ella se lo arrebata, El juego se torna casi violento: Entre las corridas caen al suelo. Ahogando el llanto lee) ¡Presagio, anuncio o deseo de lo que se espera!
EL PILOTO: (Separándose rápidamente de ella. Perturbado) ¿Y mis botas? (ella se las alcanza agresivamente) No, estas botas me molestan. Allá va a hacer calor.

LA MUJER: (se enjuga la cara, respira hondo) Aquí están las otras. (Observa cómo su marido se las calza. Saca una flor del jarrón y se la abrocha en el ojal) Es para las estrellas. (él se saca la flor y se la acomoda a ella en el cabello) ¿Cómo puedo competir con ellas?

EL PILOTO: (Sonriéndole la besa, la apresa contra su pecho. Luego la levanta como a una niña, y la acuesta. La besa en la frente).

LA MUJER: (lo retiene) ¡Sos muy fuerte, pero sé prudente!

EL PILOTO: Prudente, sí, claro... (Termina de vestirse mientras ella lo mira) Dormí, es tarde para vos. (Sale, cierra la puerta tras de sí)

LA MUJER: (Mira la habitación, las flores, los libros. Llora)

*Segmento del trabajo realizado enel seminario de dramaturgia de Alejandro Finzzi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario