Estimado escritor:
Dos veces por semana estoy ensayando una obra con Fede.
Quién lo hubiera dicho?
El lunes pasado, nueve de la mañana, monto mi bicicleta y chiqui, chiqui, chiqui, chiqui... a ensayar.
Qué ganas de bailar pensaba mientras pedaleaba, y otras cosas que se me cruzan cuando pedaleo, y entonces llegué. Frené la bici con decisión, y cuando voy a bajar me doy cuenta que estoy estacionada en la puerta de su casa. Me dió taquicardia. No entendía nada.
La bicicleta tiene memoria.
Me senté de nuevo y a pedalear unas cuadras más hasta el paradero real, el ensayo.
Después me olvidé del asunto.
A la noche me reì un rato mirando unos vídeos que habíamos hecho con Guille para los Premios Concha Off. Después lagrimeé un poco.
El martes cerré todos los canales y me fui hasta la Vía Orgánica a sentarme en el banco de Guille, ese que bordó Benja con sus cavilaciones.
La terdecita estaba hermosa, el sol dadivoso y gentil. Estuve un buen rato ahì, tranquila, recordando, engañándome con la idea de que Guille andarìa espiándome.
No lloré.
Por qué tuve tal ocurrencia, no lo sé. Mucho más fácil serìa encontrarme con el fantasma de Guille en un teatro o en feisbuk que en una plaza.
Me ví a mi misma hace un año atrás, recostada en su sillón (el suyo) cerrada a todos los canales también, (menos al River/Boca) y tuve ganas de que por casualidad pasase justo por ahì y se sentara al lado mío a fumar un pucho.
Yo hubiera querido que fuera un extraño. Un forastero que se acercara a mi y me preguntase si estaba bien, si necesitaba compañía. Alguien a quien contarle lo mismo de siempre por primera vez.
Si hubiera tenido su hombro cerquita seguro hubirse llorado un ratito de nuevo.
Siempre arruinándolo todo yo.
Qué boba.
Ese serìa un buen premio para mí:
"Mejor arruinadora."
Le escribì a Benja y a mi amiga Bety. Les pregunté cómo andaban.
Sabe que los conocì a los dos el mismo dìa?
Fue hace como seis años, en un cumple de Guille.
Después le escribì a Natalia. Otra que dejó Guille en parte de pago. Es como si además de todo, antes de irse, se hubiera encargado de regar amistades.
A veces sigo enojada.
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