Hay elementos que ya no subsisten. No hay ya posibilidad de que a alguien le vayan a interesar determinados temas o circunstancias o formas de pensar u organizar esos eventos. Pasaron a la historia. Tal vez en unos diez años podrán ponerse de moda nuevamente con una especie de nostalgia retro (valga la redundancia). Más allá de nuestro tango "lagrimador" habrá sucesos que dejarán de tener el peso de tal, o como tales.
¿Qué podría importarnos hoy conocer quién fue el mejor actor de teatro del año 2019 sabiendo que ya no habrá más actores sobre el planeta, que realicen su oficio como lo conocìamos hasta el momento? Bravo por ellos, los que llegaron hasta ahì.
Ahora viene otra parte, otra cosa. Podemos llamarle "cosa" porque aún no la nombramos, la desconocemos. Asì que no tiene nombre aún.
¿Qué es eso que están haciendo los actores de teatro frente a la pantalla? Me resisto a creer que cualquiera de nosotros, actores de tablas, en tablas, de cada noche, de la eternidad del instante que se repite diferente en cada función; nosotros, actores de carácter. Me resisto a entiender eso como la "nueva forma de hacer teatro."
Cortìsimas (y muy malas -a veces menos malas) producciones frente a la pantalla que nos permiten desviarnos por un tiempo (largas horas de trabajo de odiada edición) de la angustia (perdón Alberto!), sì, la angustiante situación del destierro.
Son producciones audiovisuales. No es ninguna novedad ya existìan antes de la cuarentena, y de mucho mejor calidad.
Lo peor: hay quienes son profesionales en esa discplina (tambien podemos llamarle arte) buenìsimos productores de audio visuales (también podemos llamarles artistas)
No nos engañemos, es "otra cosa".
El "Tiki Taka" y los editores on line son los "artilugios negadores" que utilizamos mientras "nos disfrazamos" en cualquier parte de nuestra casa solitaria, para jugar a ser Dios.
No es un nuevo teatro. Felicitémonos por explotar nuevos campos o nuevas asignaturas.
En los últimos años, se metiò la mass media y la tecnología en las obras, en las salas, se mezclaron videos traslúcidos, penetrando sobre la transpiración de los cuerpos vivos en escena. Era teatro.
Un halcòn proyectado en 3D cruzò la sala del teatro mientras el actor se afiebraba en su discurso y se conmovìa, conmovìendo a su vez a los espectadores. Era teatro.
Un fotograma de un fantasma flotó sobre las cabezas del público mientras la actriz conversaba con el su padre muerto. Era teatro.
Tirémonos flores (o tomates) por los logros conseguidos y aprendidos en tan corto tiempo (fuimos cineastas, actores, directores, productores, guionistas, maquilladores y vestuaristas de nuestras propias pelìculas en cuarenta días. No es poca cosa).
"Nuestras pelìculas" eso son, en la acepción del diccionario que elijamos.
El teatro es otra cosa y nos estarìa faltando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario