La belleza no se puede explicar.
No hace falta.
¡Ay, cuando aparece…
se desboca el corazón!
Se inunda el alma.
El alma no se puede explicar.
La felicidad no se puede explicar.
Cuando aparecen apareadas
-felicidad del alma y belleza-
se ordenan mis huesos.
El amor no se puede explicar.
O tal vez se explica
en los primeros siete versos,
o sólo en la segunda estrofa.
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