IMPERATIVO

Tuve un sueño exactamente igual a una situación que viví hace un par de meses. Igual, igual.
¡Qué desperdicio de inconciente!
El servicio meteorológico alerta sobre un día más y en Tailandia detienen al George Clooney made in Italy -una imitación bastante buena del personaje de La nueva gran estafa. Mi amigo me avisa que hoy no trabaja porque se siente mal y es feriado. Hace bien en tenerme a mí para cubrirlo. Hoy las frazadas no dieron a basto.
Un aluvión de consejos sobre cómo ahorrar la energía de tu celular llega tarde.
Reviso mi sueño y encuentro una pequeña variación: el último texto lo dice mi ex marido. El presagio no es alentador: "Se cortó la crema."
Siempre tuve mirada fuerte.
"Reviso mi sueño" podría ser el título de una obra o "Revisa tus sueños" si fuera un libro de autoayuda.
"Revisa tú"
"Cree en tí mismo"
 "Quiérete"
"Valora tu vida"
Nunca entendí el Modo Imperativo, aún padeciéndolo o haciéndolo padecer a otros. Ahora sólo me sale este grito:
"Váyase usted a la mierda."