Iba calculando
si moriría ese día
o no.
Según la altura por donde giraba
en la curva me convencía:
-Confío en que este hombre tampoco querrá caerse.
Me repetía:
-Confío en que el señor sabrá maniobrar.
Me desdecía:
-Confío en que todo va a ser como debe ser.
Me aseguraba:
-Ya llegaremos.
-Ya llegará ese día.
¿Cómo apareció este pueblo aquí?
Poniendo piedras sobre los techos
para que no se vuelen.
Generación espontánea.
¿de pueblos?
No, de postes, plásticos y cables.
Y autos de alta gama
que desentonan con el paisaje.
El paisaje...
es la personalidad del mundo
y su temperamento.
Es un problema la humanidad.
¿Cómo es posible?
Veo un montón de fondos de pantalla.
Quisiera no depender tanto de mi celular.
Hay gente que pone música para todo el pueblo.
Subir al Hornocal escuchando
¨Me falta el aire¨ es tener una vida cumbia.
Un montón de fondos de pantalla
y un puñado de iglesias.
Ellos sí que la vieron bien:
están por todos lados.
Encontré al mundo de los Altiplanistas.
El blanco se pregunta
¨¿Cómo viven?¨
(-Bien.)
El blanco dice:
¨Está bueno viajar sin máscaras¨
mientras se acordona las All Star
Y en la estación tres gendarmes
piden explicaciones a los golpes.
Los tres juntos tienen mi edad
y cada uno menos que Santiago
o que Nahuel
o que tantos otros.
¿Cómo es posible?
¡Brisa, brisa!
Vamos que ya llegamos.
Hay que bajar ahora.
-dijo Sergio, el originario.
Cuando viva en China
quiero llamarme Chang.
Hay que bajar ahora.
Con cuidado porque
cuando se vuelve a caer....
Cuando se cae desde tan alto...
La profundidad no es
proporcionalmente directa
ni igual a la altura alcanzada.
Todo es peor cuando uno vuelve a caer.
Recuperarse
siempre depende
de esos momentos improbables
cuando él te dice "Bueno, volvamos¨
Y vos subís al Hornocal
o al WainaPichu
o al Everest
y calculás si ese día
vas a morir o no.
Si ese día
él querrá seguir subiendo junto a vos
no cargándote.
Quisiera no depender de mi celular
pero es imposible no fotografiar
todos esos fonos de pantalla
para contarte que estuve ahí sola.
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