martes, 9 de diciembre de 2014

Delay

                  Era la primera vez que las tenían tan cerca, tan integradas. A Cora la habían escuchado hablar de su relación con Yael muchas veces. Pero una cosa era imaginárselas y otra poder observarlas, en vivo y directo, a esos escasos centímetros. Cora tan hermosa, con facciones tan delicadas, ella, tan femenina, con su vestidito corto y sus cabellos largos, con esos enormes ojos redondos delineados de negro y esos labios tan gruesos, tan de mujer fatal. Yael tan varonil, con sus pantalones anchos y su  leñadora, su corte de pelo al ras y esa voz, afónica por momentos. Todos, sentados alrededor de la mesa, hablaban naturalmente, tratando de cenar normalmente para que no se notara que la de ese momento, era una situación especial para ellos. Sin embargo, casi se ponían bizcos evitando mirarlas tan fijo como hubieran querido Aparentaban ser gente abierta.

                      Cuando las muchachas se retiraron, todos se distendieron, primero silenciosamente, luego con sonrisas que llevaron a las carcajadas y por último, con un sin fin de especulaciones dichas casi a los alaridos de la euforia que habían tenido que contener:  ¨Yael olía a Bleu de Chanel! -dijo Román. ¨Hasta perfume de hombre, ¡qué detalle!¨- Ironizó Griselda - ¨¿Y la camisa? ¿Le vieron la camisa?¨-volvió a sorprenderse Román.

                    Sara estaba incómoda con todo, no antes de la reunión, sino en esta parte, que para ellos dos era tan divertida ¨¿Desde cuándo Román reconoce la marca del aroma de un perfume?¨- Román y Griselda se entendían. 

                 Sara, recordó a Román diciéndole esa frase que tanto la había herido ¨No tengo nada para dar¨. Ahora, contemplando su comportamiento, descomprimió el delay y se emocionó por él. Lloró. ¨Pobre, es cierto¨

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