domingo, 16 de octubre de 2011

La locuacidad de los objetos- su desparpajo.

                Se puso a limpiar. No esperaba más que sacar la mufa de la casa. Empezó por el comedor que era el que estaba más tapado. Puso música en "repertorio automático" (un estilo que ella nunca había usado en su PC) Sonó Calle 13."La vuelta al mundo" Tarareó inconciente "Dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo" Dió vuelta sillas, mesas, fundas, biblioteca, macetas, cuadros, y sacó tierra, palas de polvo y polvo, sacudió también inconciente, años de entierro. Sumida en una espesa neblina, escuchó ¡HELP! pero más que pedir auxilio con su canto eufórico, sumó fuerzas para seguir limpiando. El manto traslúcido de partículas empezó a decantar y el siguiente tema fue "Across the universe" Curiosamente coreó contenta el estribillo en ese idioma fácil de pronunciar pero imposible de comprender "NOTHINGS GONNA CHANGE MY WORLD NOTHINGS GONNA CHANGE MY WORLD" 

                         Ahora le tocaba al aparador. Los aparadores guardan trofeos: Copas de cristal cachadas heredadas de algún pariente añoso y desconocido, botellas de licor con restos de historias gastadas, un salero y un pimentero de losa blanca con rosca falseada para la mesa y cena navideñas, una lata antiquísima de bombones que le dejaron indignamente su lugar a los broches para la ropa, tierra, mucha tierra , polvo, partículas en masa. Una fondiuera, ¿un artefacto para hacer fondiú? De cobre y hierro, con mango de madera, materiales nobles. "HELP! dijo ahora bien conciente. "Lo que polvo está hecho, no debe oler a podrido" Limpia el armatoste como si alguna vez hubiera sido usado, trata de imaginarse qué fantasías tuvo el dador de ese obsequio: 

                ¿Por qué la gente regala esa maquinaria consabidamente inservible a los recién casados?  ¿Por qué ese dispositivo sigue impoluto y con su brillo vital y vigoroso en su aparador? ¿Habrá tenido alguien apenas la intensión de sugerir un chocolate con frutas a la luz de una vela? "Carne frita"- suspiró. Ahora sonaba "La mariposa", como si el moderno audio de la PC comprendiera que le estaba errando y hubiera querido ponerse a tono. "No es que esté arrepentido de haberte querido tanto; lo que me apena es tu olvido..." Es hora de limpiar la habitación. Se aleja de los llorones parlantes en dirección a su aposento y ya no escucha la letra. Ahora da vuelta el colchón. Busca frenética unas sábanas nuevas, recién compradas y frías, bien frías. Siempre tuvo esa costumbre de no hacer la cama mientras siguiera tibia, eso no va a cambiar. Mientras las tiende canturrea alguna parte del tango con melodía de estribillo pero con letra de otra cosa: "Ten cuidado, mariposa, de los sentidos amores... No te cieguen los fulgores de alguna falsa pasión"
           
                    En su momento había desafiado todas las normas del Feng Shui:

La cabecera de la cama no está apoyada sobre la pared más alejada de la puerta y, la cama no está en línea recta con la puerta. Tampoco ha respetado la regla que dice no colgar cuadros o fotos con marcos muy pesados sobre la cabecera (le parece obvio que con clavos resistentes y buenos tarugos el asunto del peso del marco y el peligro que esto representa queda solucionado) La limpieza de los portarretratos que empapan la pared que se apega al respaldo de su cama merece la mayor atención. Cada marco fue seleccionado con cuidado para que fuera adecuado a la foto. No siempre la pared estuvo cubierta. Las imágenes fueron tomando el muro como la tierra había tomado el comedor. NO a los espejos, y si no hay remedio deben ubicarse siempre donde nos devuelvan la mejor imagen de nosotros. Su pieza también ostentaba un gran espejo justo en la pared donde el sol pegaba durante más tiempo en el día, resplandecía y no devolvía ninguna imagen, más bien cegaba. En este momento MIKA la aturdía con un "Relax,take it easy, for there is nothing that we can do."

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