sábado, 25 de octubre de 2014

mi relación con Oto

- Te portaste mal, nenita.- Me dijo seriamente.
- Gracias por lo de ¨nenita¨...- quería seguir hablando así de sonriente como estaba yo, pero me interrumpió:

-Tenés una patología importante...- Dijo con el entrecejo fruncido y yo no entendí si me estaba sermoneando por lo anterior, o me estaba parando el carro para que dejara de seducirlo (creo que era eso lo que él creyó que yo estaba haciendo. Creo que yo no estaba haciendo eso) -Muchachita: Si hubieras venido antes...Ya pasó un año y...agosto, septiembre, octubre...cinco meses! Tenés una patología importante...- repitió y en este punto el entrecejo lo fruncí yo porque no sabía si me estaba hablando del tema que le competía o de alguna otra cosa que la mayoría de la gente nota en mí.

-Es que no lo quería ver más! ¡Entiende? NO-LO-QUIERO-VER-MÁS!

-El martes te espero. Vamos a estar juntos un largo rato. Es la última. Si sale todo bien, no me ves más.
Te lo prometo.

-¡Qué?- me hice la sorda más de la cuenta para mortificarlo.

-No escuchaste?- chasqueó la lengua.- El martes dejás de verme para siempre pero me vas a escuchar.

-Hasta el martes, doctor.

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