martes, 5 de noviembre de 2013

Recorrido de novela y cuento

                       Fui a un colegio secundario con Orientación en Letras. El programa del Instituto contemplaba  las mismas materias   que el resto de los establecimientos educativos pero agregaba la asignatura  Lectura Comprensiva, impartida y coordinada, una vez por semana en un bloque de ochenta minutos, por  el mismísimo Director del Establecimiento. En aquella época no había restricciones en cuanto al hábito de fumar en lugares públicos -y mucho menos si ¨el público¨ éramos precisamente veinticuatro púberes de doce años, que recién ingresábamos a esa etapa de la educación y a la vida en democracia- así que la clase siempre se colmaba del humo y de ese aroma tan particular que emanaba su pipa, que llevaba adherida a la boca casi como una parte más de su cara blanca y regordeta, como si soltarla pudiera ocasionarle un ¨paro del habla¨ (Y efectivamente, siempre dejaba de hablar cuando separaba el artefacto de su rostro para exhalar el humo chocolatozo) 

               La asignatura Lectura Comprensiva era obligatoria, y consistía en la lectura de un solo libro el primer  año, que leíamos por capítulos en clase y tratábamos de comprender, como bien indicaba el nombre de la materia en cuestión. Eran preferiblemente novelas, pero también con el correr de los años se incluyeron cuentos completos de autores infaltables. 

                Ese año de 1983 leímos Demian, de Hermann Hesse. Emil (el protagonista de la historia) es un joven confundido y abrumado por los cambios de la adolescencia pero que transitaba el mundo de la luz. Conoce a Max Demian, un muchacho nuevo en la escuela, que lo introduce  en el "Mundo Oscuro" desencadenando los sucesos que se cuentan a lo largo de la novela.  De toda la reflexión y comprensión que hiciéramos del libro, yo recuerdo que escuché por primera vez el mito de Caín y Abel y también aprendí el concepto ¨el hijo pródigo.¨  

                  Al año siguiente leímos: Rosaura a las Diez de Marco Denivi y  El túnel de Ernesto Sábato, y los analizamos con igual devoción.  Yo me resistí a pensar que en el futuro sentiría ese dolor que se llama CELOS. Segundo año, dos libros.

                       En tercer año, fueron tres:   El hombre ilustrado de Ray Bradbury,  La invención de Morel  de Adolfo Bioy Casares y 1984 de George Orwell,  Ese mismo  año de 1985 se estrenó en Argentina la película 1984, basada en la novela homónima,  dirigida por Michael Radford y protagonizada por John HurtSuzanna Hamilton Richard Burton.  
El Director nos llevó a todos al cine. Fue uno de los días más felices de mi vida. Ese año me interesé ampliamente por la vida extra terrestre.

              En cuarto año, La tregua de Mario Benedetti,  Crónica de una muerte anunciada y El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Marquez  y Cuentos de amor de locura y de muerte de Horacio Quiroga. Comencé a escribir cuentos cortos.  

                     Y durante el quinto año, lejos de lo que esperábamos, sólo leímos con esta dinámica dos libros:  Rayuela de Julio Cortázar y La metamorfosis de Franz KafKa. Valió la pena. Todas mis amigas se identificaron más tarde con La Maga, yo en cambio con Gregorio Samsa.

                    Algunos de mis compañeros sólo leyeron esos doce libros durante los cinco años, otros leímos algunos más. A mi no me gustaba leer, pero en mi casa me obligaban (no sé si es precisa esa afirmación, lo que hacían era mandarme a la cama con un libro o , cuando acusaba aburrimiento, me decían : Desaburrite leyendo, no seas burra. Años más tarde, esa frase de mis padres, se le ocurrió a algún publicista y fue el slogan de la Feria del Libro).

                     Con el tiempo comprendí que leer hace bien,  como el yoga, y que aunque a uno le cueste encontrar el momento, debe hallarlo.  Una vez que aparece, se convierte en una necesidad, de esas muy placenteras. 

                   He leído este año de 2013: Principiantes de Raymond Carver, Mujeres tenían que ser de Felipe Pigna, El lobo estepario de Hermann Hesse, Historias en la palma de la mano de Yasunari Kawabata, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo de Haruki Murakami, Visado para Shanghai de Qiu Xiaolong, Demasiada felicidad de Alice Munro, Yo Lucas de Lucas Betbezé, Fondo blanco de Valentina Vidal, Ella imagina de Juan José Millás , Relatos reunidos de Hebe Uhart  y Mr. Vértigo de Paul Auster. 

Cien años de soledad de Gabriel García Marquez es mi elegido para esta semana.



No hay comentarios:

Publicar un comentario